miércoles, 20 de julio de 2011
LA GUADAÑA EN LA AGRICULTURA
Agricultura
El crecimiento de la población se suele relacionar con la mejora de la alimentación y, por lo tanto, con el aumento de la producción agrícola. Esta circunstancia se produjo en primer lugar en Inglaterra, donde se llevó a cabo, desde mediados del siglo XVIII, una transformación de los sistemas de cultivo de la tierra. Tan importante es el cambio que recibe el nombre de revolución agrícola.
La transformación que permite hablar de revolución consistió básicamente en introducir nuevas técnicas y nuevos sistemas de cultivo que permitieron aumentar la producción trabajando la misma extensión de tierras con menos personas.
La sustitución del buey por el caballo para tirar del arado el perfeccionamiento del mismo arado fueron las primeras mejoras agrícolas. También la sustitución de la hoz por la guadaña sirvió para realizar con más rapidez los trabajos de la siega.
La introducción del sistema de rotación de cultivos fue, probablemente, la mayor transformación de la agricultura británica a lo largo del siglo XVIII.
La rotación de cultivos permitió la eliminación del barbecho, pues alternando distintos tipos de plantas sobre la misma tierra se consigue que esta dé una cosecha cada año sin agotar la fertilidad del suelo.
En general las plantas que se alternaban eran los cereales (trigo, cebada, avena, centeno) con planas forrajeras o legumbres (trébol, alfalfa, nabos, zanahorias, guisantes, habas).
En este esquema se representa cómo se cultivaría la misma finca, durante un periodo de diez años, siguiendo dos sistemas de cultivo distintos: el inglés y el francés.
La utilización de abonos, nuevos utensilios y nuevas técnicas, ayudaron a la mejor utilización de estos cultivos.
Las transformaciones en la agricultura fueron extendiéndose lentamente. Con ello la alimentación de los europeos fue más abundante y variada.
A lo largo del siglo XIX hubo también progresos en las herramientas agrícolas y en los sistemas de trabajo: arados que profundizaban más, drenaje de las tierras pantanosas, extensión del regadío, difusión de abonos (primero naturales y luego de origen químico). También empezó a ser importante la introducción de maquinaria agrícola: aradoras, segadoras, trilladoras.
El resultado de todo esto fue la racionalización de la agricultura: cada región se empezó a dedicar a lo que convenía a su suelo y su clima y así se aumentaron los rendimientos. Con los nuevos medios de transporte, los cereales se transportaban con rapidez hacia el consumo y así nació la especialización.
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